viernes, 18 de febrero de 2011

Veselina. Por Juan Carlos Gargiulo Blanco


Como todos los jueves Veselina , puntualmente, vino a limpiar la oficina.
Mientras nosotros trabajábamos en el proyecto de rehabilitar una casa de la Judería de Segovia, ella despacito fue sacando las cosas de la limpieza, el aspirador, los trapos de limpiar, el cubo de la fregona.
Afuera la primavera ya había avanzado lo suficiente, y la pancita de Cris nos hacía soñar con Pablito para comienzos del verano.
Afanosamente, Veselina sacudía alfombras, lavaba cacharros en la cocina, hacía sonar el motor del aspirador. Cada dos por tres su mirada se posaba en un paquetito que había traído y que dejó junto a su cartera y su chaqueta, ahí al lado , en la habitación donde preparamos la cuna del bebé y donde Horacio desde el atalaya de su cama remolonea las mañanas que está con nosotros.
Cuando paramos para el té de las once, charlamos un rato de bueyes perdidos. Veselina se acerca con la emoción en el rostro, tiene ya 50 años , ha sido abuela 2 veces y ha emigrado desde Bulgaria a España hace un tiempo . En sus manos el paquetito que atesora como lo más preciado del mundo. Con su impulso arrebatado desempaqueta una pila de fotos, y allí con el sol de la ventana, nos muestra primero esas fotos de sus nietos, las de sus hijos, las de su marido y al final de todo las más antiguas, las que corresponden a su juventud, las de su casa, sus padres, sus hermanos, sus amigas, las de su tierra dejada. Entre lágrimas y sonrisas va nombrando todo lo que estructura su memoria, en su lengua natal, esa que nos sale cuando nuestra emoción está en un hilo...
Quedamos en que un día me gustaría grabar en mi cámara todo esto que acaba de suceder, pero en realidad sé que este momento no volverá.
Veselina nos regaló ese instante mágico en que las personas, muy de vez en cuando, mostramos de qué estamos hechos.

Juan Carlos Gargiulo es arquitecto.
http://www.cuentosdemacachines.blogspot.com/

1 comentario:

  1. Cuánta ternura, Juan Carlos.
    Esa mirada tuya cuántas cosas buenas está trayendo a este blog...
    Un abrazo!

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