![]() |
Susana Moreno |
Por circunstancias de la vida, la muerte prematura de mis dos abuelos hizo que las mujeres de mi familia tuvieran que tomar las riendas. Mi abuela materna, era una mujer con mucha energía, valiente, capaz, y dura como una roca. Empezó haciendo punto en su casa y acabó montando una fábrica de ropa con un centenar de empleados. En mi familia paterna fue también una mujer, la que tomo las riendas de la gestión del patrimonio familiar, defendiéndolo de los bien intencionados hombres que con la excusa de apiadarse de una pobre viuda ignorante de los negocios, pretendían obtener ese patrimonio a precio de ganga.
En mi casa las mujeres mandaban, tanto o más que los hombres.
En mi familia las mujeres y los hombres se juntaban y hablaban de lo divino y de lo humano, y también de la gestión de la empresa y del trabajo. No recuerdo conversaciones excluyentes, de hombre o de mujeres. La opinión tanto de unos como de otros tenía el mismo valor, y desde bien pequeña se me dio la posibilidad de participar de esas conversaciones y se me transmitió la idea de que podría ser lo que quisiera.
No me educaron en igualdad al cien por cien, -fregar los fogones era cosa de mujeres-, pero con su ejemplo, su trabajo, sus opiniones, me educaron en la convicción de que la mujer participaba, con normalidad, en la gestión de la vida, en todas sus facetas, y no únicamente en la doméstica. Ni que decir tiene que me choqué de bruces con una realidad bien distinta cuando comencé a trabajar, en un sector, como es el de la construcción, tradicionalmente masculino.
Nos queda mucho por hacer.
Las mujeres y los hombres educamos a nuestros hijos, transmitiéndoles ideas o principios con nuestro ejemplo, con nuestra forma de vivir el día a día. Nuestros hijos se acabaran pareciendo a nosotros y esa es una enorme responsabilidad, pero también es la posibilidad más sencilla de mejorar nuestra sociedad futura, ayudándoles a alcanzar la igualdad plena que nosotras no veremos.
¿Cuáles son para mí las mujeres imprescindibles?
TODAS, porque nosotras trasmitimos un legado a las futuras generaciones, y ese legado debe construirse en la igualdad y el respeto entre todas las personas, sean hombres o sean mujeres.
Susana Moreno Falero es Arquitecta Jefe del Área de Construcciones de Educación y concejal del PP en el Ayuntamiento de Segovia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario