miércoles, 9 de marzo de 2011

María Elena Moyano. Por Bonnie Rodríguez Beteta


María  Elena Moyano, símbolo de lucha por la dignidad  en el Perú. Bonnie Rodríguez Beteta.

A principios de los años 80 el Perú vivía una de las páginas  más trágicas de su historia,  causadas por las  organizaciones terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, aunque hay que resaltar que ya llevaban años causando violencia en la región andina y la amazónica, regiones casi abandonadas por el Estado.

Cuando finaliza la década de los 80, estos grupos armados ingresan a la capital  (Lima) como nueva estrategia de  su revolución, Sendero Luminoso _como ya era costumbre en otras regiones del país_ se focaliza en las asociaciones locales de ayuda social, atacando principalmente a sus líderes y a  los que se le oponían.


María Elena Moyano lideró asociaciones de mujeres en tiempo de crisis en el Perú

He querido empezar  este texto narrando un poco el contexto histórico, social _aunque  está muy resumido_ para que puedan comprender dónde encaja María Elena Moyano.

Sendero Luminoso se sentía ya al finalizar la década de los 80 con la fuerza suficiente para atacar Lima,  y sus principales objetivos fueron los barrios populares de San Juan de Lurigancho, Huaycán  y el conocido distrito Villa el Salvador _por ser el más grande “asentamiento humano” de la capital_ donde una de sus principales líderes era María Elena Moyano.

María Moyano fue presidenta de la Federación Popular de Mujeres de Villa el Salvador (Fepomuves), una de las organizaciones más importantes del Perú y de referencia en  América Latina  como lucha por la  defensa de los derechos y la igualdad de las mujeres,  más tarde es elegida Teniente Alcalde de Villa el Salvador, fue entonces cuando Sendero Luminoso la tenía ya en la mira de sus actividades terroristas.

Los ataques de Sendero Luminoso hacia María Elena Moyano fueron principalmente porque ella se negaba a pagar los famosos “cupos” de la revolución,  que muchos pagaban por  “miedo” a ser asesinados por los terroristas. Moyano  defendía una lucha social pacífica y sin violencia, trabajando desde las bases con el mismo pueblo, por esa razón ella se reunía y formaba parte de asociaciones de mujeres, para formar “comedores populares”, comedores del “vaso de leche” _ para alimentar a las familias y niños de Villa el Salvador_ así como “talleres laborales de mujeres”.


Cuando conocí a María E. Moyano comprendí  la situación crítica que vivía  la población peruana


Yo a principios de los 80 era muy pequeña para comprender lo que sucedía en el Perú, porque vivía una época propia de mi edad,  pero a  principios de los 90 cuando el terrorismo irrumpe en Lima, aunque yo vivía en la costa  norte del Perú, región que no fue afectada por los “ataques directos” por parte de estas organizaciones terroristas, si recuerdo las imágenes por televisión, y es cuando empiezo a comprender lo que estaba sucediendo en mi país.
Fue a través de estas imágenes de televisión que conocí a María Elena Moyano, incluso era casi común verla y oírla en los medios de comunicación, habían muchos atentados, formaba parte de la vida común para muchos peruanos, reprimían y atentaban contra profesores, estudiantes, catedráticos, políticos, sindicalistas, empresarios, policías, y contra todo y todos aquellos que se le ponían en medio.

María Elena Moyano organizó manifestaciones en contra de la violencia terrorista, pues tenía poder de convocatoria y liderazgo para convencer a la población de Villa el Salvador  y de otros distritos  populares, para unirse y enfrentar a estas organizaciones terroristas  _ por eso la conocí en los medios_, fue cuando lo primero que se me vino a la cabeza, ¿cómo es capaz esta mujer de enfrentarse abiertamente a los terroristas? …la “van a asesinar”… pues unos días después efectivamente la asesinaron.


María E. Moyano: “Las mujeres no deben someterse a nadie que pretenda controlar el país con el miedo”

Finalmente Sendero Luminoso asesina a María E. Moyano al estilo que ellos atentaban contra los líderes que se le oponían, la secuestraron en una fiesta popular de Villa el Salvador y prácticamente en delante de sus hijos la fusilaron y la volaron con dinamita. Algunos testigos contaron después que como costumbre los terroristas vendaban los ojos a sus “enjuiciados” como ellos decían, y declaraban las razones porque se les fusilaba celebrándose una especie de “juicio popular”,  pero María E. Moyano forzó a sus captores que le quiten la venda de los ojos, porque quería ver a sus asesinos.

La muerte de Moyano marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo, las poblaciones más humildes y la población en general  dejó de tener miedo y a enfrentar a estos grupos armados. Su muerte rompe el miedo, incluso en la lucha contra la violencia a la mujer, pues ella declaraba que  “había que vencer el miedo hacia los maridos que maltratan” y con esa misma fuerza y contundencia sostenía que “las mujeres no se someterían a nadie que pretenda controlar el país con el miedo”.

María E. Moyano fue asesinada hace ya 19 años, el 15 de febrero de 1992 con sólo 33 años, he querido recordarla con este escrito en “Mujeres Imprescindibles”, porque es un referente personal no sólo por la lucha de los derechos de las mujeres en el Perú sino como ejemplo de líder en una época tan trágica para el país, a pesar que España le ofreció asilo político, ella prefirió quedarse, sabiendo que su vida estaba en peligro.

Espero que muchas mujeres peruanas la recuerden, y que otras mujeres tal vez  sepan de ella  por primera vez, por mi parte  quiero rendirle un homenaje en el Día de la Mujer, y porque no decirlo es un referente personal para el tipo de líderes que necesita el Perú y no simplemente políticos o líderes populistas y corruptos, que lamentablemente sobran en Latinoamérica.

Bonnie Rodríguez Beteta es periodista y además socia del Lyceum Club María Zambrano

Tres grandes escritoras. Por Rocío Díaz Casado

Amy Tan. Foto de www.rochestercitynewspaper.com
Quería dedicar este escrito en el Día de la Mujer a tres grandes escritoras muy diferentes en su origen y en sus temas, pero que me hacen involucrarme en sus historias y no parar de leer hasta saber que ocurre al final. Estas tres autoras son Isabel Allende, Amy Tan y Marian Keyes. 


Isabel Allende es chilena, aunque ahora reside en Estados Unidos. Sus libros suelen tener por protagonistas a grandes mujeres. Incluso dos de sus libros cuentan su vida: Paula y La Suma de los Días. 


Amy Tan es america de origen chino y sus libros suelen tratar de las diferencias entre madre china e hija norteamericana. Me parece muy interesante conocer tanto la cultura china como su inmersión en la sociedad occidental. 


Y por último, Marian Keyes. Sus libros se suelen incluir en "temática rosa", pero yo creo que hay mucho más. Son libros muy divertidos y la verdad que bastante esperanzadores, con ganas y con apoyo se puede salir de todo. Sus dos últimos libros me parecen de los mejores (Un Tipo Encantador y la Estrella Más Brillante) en los que se tratan temas sociales y se entrelazan varias historias que te hacen estar intrigada una gran parte del libro.

martes, 1 de marzo de 2011

Las mujeres de mi familia. Por Susana Moreno

Susana Moreno
Admiro a todas las mujeres que han pasado a la historia, por haber conseguido logros positivos que han hecho avanzar a la sociedad y que merecen ser recordados, ya sea en el campo de la ciencia, literatura, arte, política o cualquier otra disciplina. Pero no las admiro especialmente por sus logros concretos, sino porque al valor de tener la capacidad personal necesaria para destacar, se añade el valor de superar las barreras que la sociedad imponía (y aún impone) a las mujeres. Barreras tan condicionantes para un desarrollo personal como la falta de acceso a la educación o al trabajo, en una sociedad tan acostumbrada a que las mujeres no tuvieran nada interesante que contar, que me sorprende que algunas hayan conseguido notoriedad suficiente para pasar a la historia.

Analizando el motivo por el que ninguna de estas mujeres en especial me servía de referencia completa, he encontrado la respuesta en mi familia.

Por circunstancias de la vida, la muerte prematura de mis dos abuelos hizo que las mujeres de mi familia tuvieran que tomar las riendas. Mi abuela materna, era una mujer con mucha energía, valiente, capaz, y dura como una roca. Empezó haciendo punto en su casa y acabó montando una fábrica de ropa con un centenar de empleados. En mi familia paterna fue también una mujer, la que tomo las riendas de la gestión del patrimonio familiar, defendiéndolo de los bien intencionados hombres que con la excusa de apiadarse de una pobre viuda ignorante de los negocios, pretendían obtener ese patrimonio a precio de ganga.

En mi casa las mujeres mandaban, tanto o más que los hombres.

En mi familia las mujeres y los hombres se juntaban y hablaban de lo divino y de lo humano, y también de la gestión de la empresa y del trabajo. No recuerdo conversaciones excluyentes, de hombre o de mujeres. La opinión tanto de unos como de otros tenía el mismo valor, y desde bien pequeña se me dio la posibilidad de participar de esas conversaciones y se me transmitió la idea de que podría ser lo que quisiera.

No me educaron en igualdad al cien por cien, -fregar los fogones era cosa de mujeres-, pero con su ejemplo, su trabajo, sus opiniones, me educaron en la convicción de que la mujer participaba, con normalidad, en la gestión de la vida, en todas sus facetas, y no únicamente en la doméstica. Ni que decir tiene que me choqué de bruces con una realidad bien distinta cuando comencé a trabajar, en un sector, como es el de la construcción, tradicionalmente masculino.

Nos queda mucho por hacer.

Las mujeres y los hombres educamos a nuestros hijos, transmitiéndoles ideas o principios con nuestro ejemplo, con nuestra forma de vivir el día a día. Nuestros hijos se acabaran pareciendo a nosotros y esa es una enorme responsabilidad, pero también es la posibilidad más sencilla de mejorar nuestra sociedad futura, ayudándoles a alcanzar la igualdad plena que nosotras no veremos.

¿Cuáles son para mí las mujeres imprescindibles?

TODAS, porque nosotras trasmitimos un legado a las futuras generaciones, y ese legado debe construirse en la igualdad y el respeto entre todas las personas, sean hombres o sean mujeres.

Susana Moreno Falero es Arquitecta Jefe del Área de Construcciones de Educación y concejal del PP en el Ayuntamiento de Segovia.